lunes, 23 de diciembre de 2013

Películas para no creer en la Navidad

1. QUÉ BELLO ES VIVIR
It's a Wonderful Life (USA, 1946). Director: Frank Capra. Reparto: James Stewart (George Bailey); Donna Reed (Mary); Henry Travers (Clarence);  Lionel Barrymore (Señor Potter); Thomas Mitchell (Tío Billy); Gloria Grahame (Violette). Guión: Frances Goodrich; Albert Hacket; Jo Swerling & Frank Capra, a partir de un relato de Philip Van Doren Stern, "The Greatest Gift". Música: Dimitri Tiomkin ("Lohengrin" de Wagner, suena de fondo en la primera escena, durante la conversación entre Dios y San José). Fotografía: Joseph Walker; Montaje: William Hornbeck. Duración: 130 minutos. Glorioso Blanco y Negro. 



Me da pudor escribir sobre la Navidad. Estos días terribles uniformizan las épocas del año. Todo es un contínuum atroz. No habrá Navidad para la mitad de mis vecinos. Pero, convengamos: La Navidad es una de las máximas expresiones del surrealismo. Un universo dentro de otro universo dentro de otro universo. Una época rara, casi absurda. Felizmente absurda. Descabellada. Y, volvamos a convenir: Lo que más nos repatea de la Navidad es no poder hacer lo mismo todo el año. A mí, por ejemplo, me parece un sinsentido no poder comer turrón o mazapanes el resto del año y, sobre todo, que la tele ponga Qué Bello Es Vivir sólo en Navidad. Qué Bello es vivir, hay que verla siempre, siempre, siempre. Con un calor tórrido y, si puede ser, comiendo turrón, también. Porque es una de las más grandes películas de todas las épocas. 



Pero, haciendo honor al título del post, vamos a derrumbar varios mitos en torno a la película, que proceden de aquellos que, bien no la han visto, bien sólo la han visto en Navidad.
1. Qué Bello Es Vivir es una película ñoña. Falso. Bien al contrario, es una de las mejores películas de terror de la historia. Hay media hora espeluznante. Se desata el pánico. El valor de las divisas cae en picado. La población sale a las calles. Se agolpa a las puertas de la oficina de empréstitos de George Bailey, que se va en ese momento de luna de miel. George convence a sus vecinos para aplazar la deuda. El tío Billy irá al día siguiente a ingresar el dinero, pero es un borracho y lo pierde. Es la ruina. El ridículo. George se transforma. Le crece la barba (casi como una transformación en licántropo). Se comporta de manera cruel con sus hijos y su mujer. Intenta suicidarse. Un ángel le muestra la más horrorosa de las visiones: Qué hubiera sido el mundo si él no hubiese existido. Es media hora de cine casi gótico, de un terror psicológico espeluznante. 



2. Qué Bello Es Vivir es una película "buenista". Falso, hasta cierto punto. Hay que recordar que Capra, junto a William Wyler, participaron en la Segunda Guerra Mundial, aunque no entraron en combate. Capra, por ejemplo, fue maestro. Pero sí vivieron en sus carnes el horror. Wyler filmó dos inconmensurables obras maestras: Los Mejores Años de Nuestra Vida, terrible fresco de las consecuencias de la guerra (por cierto, el anuncio de El Almendro está basado en ella, para que haya un nuevo vínculo con la Navidad) y La Señora Miniver. Capra dejó en Qué Bello Es Vivir algunas de las improntas psicológicas que le había producido la guerra mundial. La depresión de las clases medias, la desesperanza, incluso la agresividad instalada en las personas, sobre todo en la secuencia de la "pesadilla" (siempre he creído que el mundo real es el de la pesadilla y que el resto de la película es una suerte de alucinación). Cuando George vuelve a la "vida", estalla de júbilo y la libertad le rebosa por los poros. Una parábola de cómo querría Capra que fuera el mundo, lo opuesto a lo que veía día tras día después de una guerra devastadora. El mundo había cambiado. Qué Bello Es Vivir es el canto amargo que añora aquel mundo más honesto, más libre y menos viciado anterior al nazismo y al capitalismo salvaje. 



3. Qué Bello Es Vivir es una película anticuada. Falso. Es más, no puede ser más moderna. La situación económica, con un pueblo al borde de la bancarrota por culpa de la cruel ambición de un empresario sin escrúpulos, la comunidad de la gente humilde que se une contra el poderoso... La gente que pierde sus casas... ¿Os suena? Particularmente, siempre me han gustado las películas en las que los débiles se unen para combatir a un poder superior, desde Espartaco a El Golpe. Qué Bello Es Vivir es un buen ejemplo.

 4. Qué Bello Es Vivir es una película religiosa. No vamos a decir que no, pero tampoco que sí de manera rotunda. Evidentemente, Capra (nacido Francesco Rosario Capra en Sicilia)pertenecía a una familia católica. Sin embargo, la religiosidad de la película es casi de manual. Existe una especie de ley del Karma (promovida por la divinidad en la primera escena) en la que cada uno recoge lo que siembra. Algo así como aquello de "los buenos van al cielo...". Sin embargo, Capra consigue taimar de tal manera su religiosidad, que toca la fibra de cualquier espectador, sea o no sea religioso. Porque existe algo en nuestro adn, en nuestra esencia, que se desmorona ante el alivio del que sufre. Dalton Trumbo rechazó el guión (se me hacen chiribitas las neuronas pensando qué podía haber salido de ahí), pero el guión y la realización de Capra son insuperables. Y esa catarsis aristotélica final, uno de los más grandes y reconocibles finales de la historia del cine.
5. Qué Bello Es Vivir es una película sobre el New Deal. Falso. Aunque Capra fue el director de cámara de Roosevelt, una auténtica máquina de propaganda para sus políticas económicas tras la Segunda Guerra Mundial, Qué Bello Es Vivir es todo lo contrario. Es la reflexión amarga sobre un modelo social y económico que Roossevelt y el propio Capra soñaron pero que fue pisoteado por un capitalismo sin escrúpulos que aún nos domina. Porque George Bailey es el antihéroe, el reflejo de lo que podía haber sido y no fue. El auténtico protagonista es Potter, la encarnación del poder omnímodo, de un modelo que comenzó ahí y que aún perdura. Desengáñense: Qué Bello Es Vivir es la pesadilla de George Bailey. Ese es el mundo real. El otro, el del resto de la película, es tan sólo la sombra de una sociedad que muchos soñaron pero que nunca llegó.

COROLARIO
Qué Bello es Vivir es una de las mejores películas de siempre. El guión es sublime, las interpretaciones inmejorables y la puesta en escena digna de los elegidos, como era Capra. Es rabiosamente moderna. No envejece. Tan sólo un pero: ¿Cómo se va a quedar soltera Donna Reed si no se casa con James Stewart? Por lo demás, la película emociona hasta el tuétano ya en Navidad, en verano, en otoño, en Alaska o en el Kalahari.

2 comentarios:

  1. Magnifica exposición, para mi la película es un acto de fe, no todo está perdido.

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  2. no tengo ni idea de cuando o por qué debemos o no catalogar una película como obra de arte, pero cuando la vi (hace sólo tres años, confieso que no tengo perdón) quedé maravillada de como pude emocionarme tanto con una película que predica todo en aquello que yo no creo. Morí de amor aquella tarde de 1 de enero

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