viernes, 16 de mayo de 2014

10 TEMAS ORIGINALES DE CINE PARA PINCHAR EN UN GARITO

INTRODUCCIÓN


Inicio este post con un amigo entrañable en la memoria. Seguro que lee esto así que se identificará a sí mismo rápidamente. Un amigo que es la persona que más sabe del mundo sobre bandas sonoras y compositores de cine. Entrar en su habitación era alucinar. Cientos de casetes cuidadosamente clasificadas por orden alfabético. Sin embargo, sus carátulas eran un despiporre: collages inverosímiles, bandas sonoras que se fusionaban con temas sueltos, con una caligrafía diminuta. En noches de glorioso rock'n'roll o glorioso pop (y muchas cosas más) en bares de Gijón o de Avilés, él siempre esperaba que cayera un tema de John Williams, Jerry Goldsmith o Ennio Morricone. Nunca cayeron. Pero su esperanza siempre me ha dado pie a la reflexión: Si yo fuera un DJ, ¿qué temas de cine pincharía en una noche de perfil medio-alto? No me refiero a canciones originales o adaptadas para una película. Me refiero a bandas sonoras originales, temas instrumentales que tendrían sitio en una buena sesión de pincha. Bueno, pues ahí van diez. Mañana serían otros.


1. LA GRAN EVASIÓN, DE ELMER BERNSTEIN

Un excelente tema para empezar la sesión e ir in crescendo. Su espíritu burlón, que extrañamente mezcla con cierto aire épico, hacen de la marcha del grandioso Elmer Bernstein para La Gran Evasión un tema para tararear o silbar en grupo al dulce sabor de una cerveza. Un tema golfo e inmortal. 




2. EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO, DE ELMER BERNSTEIN

Sigue la sesión por Elmer Bernstein, uno de los más grandes. Fíjense si es grande que puede llegar hasta el tuétano de la emoción con composiciones como Matar un Ruiseñor, dibujar la épica en una partitura como en Los Siete Magníficos o componer este temazo que roza el acid jazz para una película maravillosa: El Hombre del Brazo de Oro, de Otto Preminger. Frank Sinatra, un cantante milagroso, pero un mal actor, estaba sin embargo brillante encarnando a un baterista de jazz heroinómano. Pero la que estaba bien aquí, como siempre, era Elanor Parker. Y, cómo no, Elmer Bernstein que ideó un tema que empieza con unos platillos de batería que parecen granizo. Y, de ahí, hacia arriba. Puro oro. 





3. LA LEY DEL SILENCIO, DE LEONARD BERNSTEIN

La mejor película de Elia Kazan (que ya es decir) es toda una paradoja. El drama de unos estibadores en los muelles de Nueva York, con un Marlon Brando colosal y una Eva Marie Saint que es pura rabia contenida, está lleno de delatores, de amenazas y de cabezas de turco. Quizás un sentimiento de culpa agudizó la maestría de Kazan: él mismo había sido un delator en la ignominiosa Caza de Brujas. Como obra maestra que es, La Ley del Silencio tiene una música magistral: esta partitura de Leonard Bernstein (nada que ver con el mentado Elmer). Una música que suena como diez toneladas de hierro cayendo al mar desde una grúa. Huele a noche y a miedo. 


                                       



4. ANATOMÍA DE UN ASESINATO, DE DUKE ELLINGTON

Qué bien elegía sus músicas Otto Preminger. Para Anatomía de un Asesinato escogió nada menos que a Duke Ellington. El Duqe se saca los hígados en esta partitura sinuosa y sucia para una película sinuosa y sucia. La irresistible atracción que siente el abogado que interpreta (formidablemente) James Stewart hacia la mujer a la que representa en un juicio es la columna vertebral de esta película que anticipó tantas otras: desde Instinto Básico hasta Veredicto Final. Por cierto, la mujer por la que Stewart perdía el sentido era Lee Remick. ¿Lo entienden ahora?


                                       



5. DOS HOMBRES Y UN DESTINO, DE BURT BACHARACH

Dejamos el jazz puro y duro. Es hora de correr un poco. Por ejemplo, con esta exquisita Southamerican Geataway de la banda sonora de Dos Hombres y un Destino. Ya ha aparecido en este blog, pero nunca es demasiado para hablar de Burt Bacharach, acaso el inventor del pop. Bacharach escribe una partitura vibrante, siempre en movimiento, como los personajes de este (demasiado) elegante panegírico de dos buscavidas: Butch Cassidy (Paul Newman) y The Sundance Kid (Robert Redford). Una música tan cool como los propios personajes. 


                                      



6. EL CASO THOMAS CROWN, DE MICHEL LEGRAND

¿Se puede tener más clase que Steve MacQueen en El Caso Thomas Crown? ¿Dónde diablos se compró esa camisa turquesa? En fin, ¿se puede tener más clase que Michel Legrand componiendo la música para El Caso Thomas Crown? Tiene 46 años, pero parece compuesta ayer mismo. Clase y ritmo a toneladas. 


                                      



7. BULLITT, DE LALO SCHIFRIN

Tercera (y última vez) que Steve Macqueen aparece en el post. MacQueen era un animal en todos los sentidos, pero vestía unos trajes de la leche. Quizás estuviera mejor con camisas de leñador, ahí debe decantarse el sector femenino. Pero su carisma y su imagen de hombre libre atraía partituras tan demoledoras como esta de Lalo Schifrin para Bullitt. Un clasicazo que parece inmiscuirse como un sónar en la enrevesada trama delictiva de la película, una de las grandes del cine de acción, con una persecución final de once minutos (!) que es el despiporre, con coches volando por las empinadas calles de San Francisco. Schifrin, un argentino poniéndole música a los bajos y los altos fondos de Frisco. Formidable. Por cierto, ¿Dónde se compraba MacQueen los cisnes azul Prusia? ¿Dónde?


                                        




8. UN HOMBRE Y UNA MUJER, DE FRANCIS LAI

Cuando existían las discotecas y yo iba a ellas, en el momento en el que el personal estaba más o menos caliente y el percal visto y revisto, el pincha ponía "las lentas", que eran un bajón. Era como un rito de iniciación bantú, de esos en los que un chaval es abandonado en la jungla de noche, con los leones rugiendo por todos lados. Vamos: aquello era una prueba de fuego, tanto como el juego de las sillas. Había que salir zumbando hacia la chavala que te gustaba, antes de que te la quitara otro más guapo, o más alto o, lo peor de todo: mayor que tú. Contra los mayores no había nada que hacer. Pues en aquella (interminable) sesión de "lentas" hubiera tenido cabida este eterno dabadabada de Francis Lai para Un Hombre y Una Mujer. Qué guapa está Anouk Aimée, ¡madre! Y qué buena es la película. Qué condenadamente buena. 




9. PETER GUNN, DE HENRY MANCINI

Permítaseme la licencia. Porque Peter Gunn no es una película, sino una serie de TV pero, ¿cómo dejar fuera este tema inconmensurable de Henry Mancini? Un tema que todas las orquestas deben tocar alguna vez y que todos los bares deben pinchar alguna vez. Puro desenfreno de Henry Mancini, el hombre que parecía componer sobre quinientos cojines de plumas de ganso. Pura clase. 




10. LAS VÍRGENES SUICIDAS, DE AIR

Terminamos la sesión con cierto bajón. Es hora de cerrar y siempre hay decadencia en el ambiente. Pues terminemos con una música decadente para una película decadente: Las Vírgenes Suicidas de Sofia Coppola. Recuerdo lo muchísimo que me gustó al verla en el cine, con una poesía visual y argumental desbordante, y lo poco que me gustó el otro día en la tele, con tics pijos y superficiales. Vamos, como de Sofia Coppola. En todo caso, la partitura del dúo francés Air es fantástica para terminar. 




COROLARIO

Salgan por la noche. Todo es más divertido. Vayan a los bares. Y exijan que les pongan temas, si es que el pincha no sale con una ballesta de clavos a repelerle. Ah! y vayan al cine, diantres. 


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